Bares a los que llevar a tu cita #Tinder
Descubre los mejores sitios de tu ciudad donde llevar a tu cita y no equivocarte
Pandorita
Te ha costado lo tuyo, pero tras un millón de #NOPES y unos cuantos #LIKES has salido airosa de las temidas conversaciones del chat de Tinder. Ahora estás hablando con un jamelgo potencialmente empotrador al que consideras un buen ejemplar sobre el que cabalgar hasta la cima del mundo, o por lo menos al que cabalgar para culminar la noche orgásmicamente. Bueno, vale, en realidad tenías cinco conversaciones con posibles futuros potenciales. Pero, ¡oye, chica!, que del dicho al hecho hay un trecho y el que mucho abarca poco aprieta y aquí hemos venido a apretar.
Tras una semana de intenso tonteo habéis empezado a hablar de quedar y está llegando el momento de las grandes decisiones: ¿cuándo quedo con él?, ¿dónde quedo con él?, ¿llevo yo condones o los llevará él?
En la Convención de Ginebra ya se estableció que los días de entre semana eran los días para quedar con jamelgos y, a no ser que quieras ir en contra de los derechos humanos, no dejes de hacerlo.
Y el mejor lugar para quedar con tu cita Tinder será siempre un bar. Déjate de gilipolleces románticas de ir al cine, o a un museo, o juntos a cenar. Nada de planes que te obliguen a parecer inteligente todo el rato o que te obliguen a estar más tiempo del que quieres. En un bar el tiempo se mide en cañas, y entre caña y caña se abre una ventana temporo-espacial por la que poder escaparte y marcarte un #Nope a la vieja usanza.
En cuanto a los condones, haz un viaje a tu interior y descubre qué cantidad de ganas tienes de quedarte embarazada de un desconocido o compartir con él el recuerdo de una bonita noche y una bonita ETS. Una vez hayas resuelto esa pregunta, échate un buen puñado de plastiquitos al bolso.
Aquí no hay nadie nuevo en esto y, aunque no debería explicar lo más básico, lo reiteramos: el Tinder sirve para follar, así que el objetivo de la primera cita ya está claro. El lugar para quedar tiene que resultar de una triangulación entre el metro, un bar y la puerta de tu casa. ¡Ahórrate los poco afrodisíacos desplazamientos en metro!
Elegir el bar no es una cuestión sencilla. Dicho en otras palabras: es una cuestión complicada, así que vamos a allanaros un poquito el camino…
El Escondite. En la calle Salitre 56, con su decoración al más puro estilo Grany’s Dining Room, crea un entorno familiar en el que plantear planes a largo plazo, contar anécdotas familiares y meterle la lengua hasta la laringofaringe en los recovecos de este céntrico bar.
El Gato Verde. En la calle Torrecilla del Leal 15, mismo concepto tras comerte la cuesta que une Lavapiés con el resto del mundo. Está tan cerca de la Filmoteca que podrás fingir que llegas tarde a la cita porque acabas de salir de ver El séptimo sello de Bergman por tercera vez, aunque en realidad saliste tarde de casa porque estabas cagando y no tenías papel.
El Tony Play Bar. Calle Buenavista 44. Demuestra tu integración en la comunidad latina llevando a tu cita a este deprimente y oscuro bar en el que menear el culo fingiendo que sabes bailar bachata, y si te quedas el tiempo suficiente disfruta de la decrepitud de la juventud madrileña.
Si prefieres hacer turismo y salirte de Lavapiés, tómate unos yayos en El Camacho, calle San Andrés 4, y disfruta del ambiente pueblerino-moderno que tanto se lleva entre nuestros hipsters más notorios. Un lugar reducido en el que tener que hablar a gritos con una persona que apenas conoces siempre será una buena opción.
Llevar a tu cita a la cafetería de tu facultad quizás no sea tan mala idea como parece, ya que estás, presentarle a tus compañeros de facultad para dártelas de molón posmoderno.
Pese a que el ideario colectivo no lo tiene como un lugar de peregrinaje, el bar de la estación de Atocha (sí, dentro de la estación, entre swingers y tortugas asesinas) es un bar perfecto en el que vislumbrar el alma de tu acompañante y dar un esquinazo efectivo con la ya clásica frase: «Tengo que tomar un tren».
Si resulta que a última hora te arrepientes y no sabes qué hacer para desarmar la cita siempre puedes quedar en el Café Comercial, en la glorieta de Bilbao.
Pero no queremos dejar de alimentar tu vena troll y pedirte que lleves deliberadamente a tu cita a sitios como el Hontanares de Avenida de América 2; a la Morada de Podemos, en la calle Fernándo Poo 4; o al único bar de tu pueblo, que lo documentes y nos lo cuentes.
[DISCLAIMER: Nada de lo anterior está basado en ningún tipo de estudio científico, sociológico ni psicológico. Ni siquiera en ninguna experiencia personal. Úsese con moderación].